jueves, 15 de marzo de 2018

Encrucijada de odios (Crossfire, 1947). Edward Dmytryk


Un hombre aparece muerto en su apartamento, después de haber recibido una paliza mortal. Una amiga suya le confiesa al policía encargado del caso, que, poco antes de su muerte, había visto a la víctima en compañía de tres soldados, bebiendo en un bar. Precisamente la documentación de uno de ellos había aparecido junto al cadáver. El caso se presenta sumamente denso y turbio.

Es pesada la película “Encrucijada de odios”, y todo se va en vanas “diligencias” de los personajes y en hablar interminablemente. Se da vueltas y más vueltas al asesinato para “enfocar” ¡por fin! Al culpable, al criminal que se busca. (…) Desde el comienzo todo se va en interrogatorios, y ese clima “pesado” de las preguntas y respuestas que se mantiene a lo largo de unas tenaces averiguaciones policíacas, termina por fatigar, por aburrir. (Donald en ABC del 15 de junio de 1954)

Este thriller de bajo presupuesto hizo lo que hacen todas las grandes películas de tipo B: abordar un tema que las películas 'respetables' no tocarían. En este caso, el asesinato racista de un judío (aunque era homosexual en la novela fuente de Richard Brooks, The Brick Foxhole), y la exposición del antisemitismo fanático del asesino. Dmytryk se aprovecha de los decorados de bajo presupuesto por su calidad claustrofóbica e introduce iluminación "expresionista" y ángulos distorsionados para dramatizar las tensiones que hierven a fuego lento y finalmente explotan entre los personajes. Estos son soldados que regresan de la guerra en Europa pero aún no han sido dados de baja. Este fue el tipo de película que provocó la caza de brujas de McCarthy en Hollywood. (Time Out)

El antisemitismo había sido territorio inexplorado en Hollywood por décadas; ningún estudio quería enfrentarse a este mal social hasta que Fox decidió filmar La barrera invisible, pero RKO derrotó a Fox al lanzar Encrucijada de odios primero, y el impacto fue tremendo. Es una historia simple y escalofriante.  (TV guide)

Pero la película tiene un protagonista que reina en todas y cada una de sus imágenes: la noche. Sus escenarios (las habitaciones de hotel con timbas clandestinas de cartas, los apartamentos mal iluminados, las comisarías de policía con sus funcionarios de guardia, las salas de baile para noctámbulos, las calles vacías de madrugada, las cafeterías “abierto las 24 horas”…) y su fauna (borrachos, policías, prostitutas, chulos, periodistas, conserjes de hotel, recepcionistas, camareros, corredores de apuestas, chicas, golfos, matones, perdonavidas…) se muestran bajo el influjo de la noche, bajo un foco de oscuridad que altera una realidad diaria más amable. Lo que a la luz del día puede resultar acogedor, cálido, incluso hogareño, confortable y cómodo, de noche no es más que el campo de acción para seres sin escrúpulos, almas solitarias o gente que busca un lugar en el mundo o recuperar el sitio perdido. Con su particular ecosistema, con sus implacables reglas, la noche mueve sus peones y utiliza sus trampas para poner de manifiesto las debilidades del ser humano indefenso ante la inmensidad de una oscuridad tan cegadora como una luz demasiado potente. (39 escalones)

Encrucijada de odios es una película inusualmente buena y honesta y puede, así lo espero, que sea muy útil. (James Agee)

Mientras que la película sigue siendo un thriller respetable, sólo la actuación astuta y enloquecida de Ryan la levanta de lo común. (Dave Kehr)

La película todavía tiene poder, a pesar de su psicología popular y difusión de mensajes. (Walter Goodman)

Verdadera película inconformista, esta serie B impresiona tanto por su atuendo formal como por la virulencia de su discurso, no solo antirracista, sino también muy crítico con Estados Unidos y sus demonios. Los bellos tonos oscuros de Hunt y la puesta en escena nerviosa de Dmytryk hacen maravillas (la increíble secuencia de apertura marca el tono), aprovechando al máximo un expresionismo que se adapta perfectamente al tratamiento entrecortado del tema que el realizador adopta. Porque si uno puede reprochar a un cierto maniqueísmo la representación del racismo, es necesario reconocer que la virulencia del gesto está a la altura del problema que se plantea con audacia en la película: sin enemigos externos, América necesita enfermizamente inventar uno dentro. Increíble clarividencia que anuncia el maccartismo del que pronto será víctima el mismísimo Dmytryk y su productor. Típico de la esquizofrenia de Hollywood era dar a luz una carga valiente contra la intolerancia antes de abrumar a sus autores con esta misma plaga. Encrucijada de odios es una película tan moderna en su forma como en su discurso que resuena a la sociedad actual y su "estado de emergencia". (Allocine)

Adaptación de una novela de Richard Brooks que constituyó el mejor film de su director. Su punto de partida es la problemática de la reintegración a la vida civil de los combatientes en la 2ª Guerra Mundial, que Dmytryk ya había abordado en "Hasta el fin del tiempo". A través de una tensa trama policial, conducida con mucho tino, se expone además un generoso discurso antirracista. (Fotogramas)

Película estrenada en Madrid el 14 de junio de 1954 en el cine Avenida; en Barcelona, el 2 de agosto de 1954 en el cine Condal.

Reparto: Robert Young, Robert Mitchum, Robert Ryan, Gloria Grahame, Paul Kelly, Sam Levene.

 

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