martes, 2 de agosto de 2016

The Shanghai Gesture (1941). Josef von Sternberg


El gobernador de la decadente y cosmopolita Shanghai notifica a Madre Gin Sling, dueña de un famoso casino, que el local será derribado para remodelar el distrito. La dama averigua que detrás de ese movimiento especulativo está el acaudalado Sir Guy Charteris. Con motivo de la celebracion del Año Nuevo Chino Sir Guy y otros invitados se sientan a la mesa de Madre Gin Sling. Allí, el oscuro pasado del especulador se pondrá al descubierto.

Una extasiante y arrebatadora obra maestra, fruto del talento sin igual e intransferible de von Sternberg, una película coetánea por ejemplo al "Ciudadano Kane" wellesiano y a la que, para mí, supera en creatividad y altura artística. "El embrujo de Shanghai" parece el resultado de un estado de gracia tal es su perfección, acabado y riqueza de matices, que hacen sencilla una complejísima historia de autodestrucciones, corrupción, secretos y pasiones íntimas de gran sofisticación, dónde la mezcolanza genérica entre el cine negro más personal, el melodrama, el exotismo y el erotismo alcanza cotas sublimes de belleza y magia. Película magnética, irradiadora de un aura de cine indeleble, con mayúsculas, dónde von Sternberg demuestra un formidable dominio de los espacios interiores, con una exquisita creación de un mundo y atmósfera propias, dónde aparece una inventiva sofisticada en la plasmación de imágenes, con una portentosa capacidad penetradora de la mirada del cineasta austríaco para perforar la tortuosa alma de sus personajes, su maravilloso dibujo de los personajes femeninos, la belleza y exquisitez de los decorados, el vestuario, la gran dirección artística, la magnífica sensualidad, belleza y fatalidad que manan de todo el film. (Kafka en Film Affinity)

El mentor de la diva alemana Marlene Dietrich, Josef Von Sternberg, adaptó en esta película una obra teatral de John Colton. Destaca por su fascinante factura y su sugerente narración que consigue un sentido enfermizo de la atmósfera en el punto vinculante de la acción, un vivaz casino, presentado como un ambiente propicio a la codicia y a la perversión, con personajes medradores, especuladores, buscadores.
Gene Tierney aparece aquí abrumadoramente bella, en especial en las escenas en la barra del bar cuando conversa con el pétreo Victor Mature.
Aunque se puede tachar al film de mantener un engañoso ritmo lento, éste es utilizado por Sternberg para deleitarse en su propio universo personal con la consecución de un aura de perturbación y beldad. (AlohaCriticón)

Von Sternberg adapta una obra teatral de John Colton. El cineasta aprovecha la narrativa visual que aprendió durante la etapa del cine mudo y logra un impecable melodrama, muy bien interpretado, que se desarrolla en escenarios exóticos. El director consigue disimular que el guión es demasiado plano, con su excelente factura, y por su descripción de ambientes marginales. (Decine21)

Sternberg filma los espacios con una luz suave, sin acentuar demasiado los contrastes, haciendo resaltar especialmente los elementos del decorado. La película transcurre casi en su integridad en espacios cerrados, en los que las reuniones que se realizan constituyen todo un rito en el que se juega con las almas y se manipulan las conciencias..., hay además una marcada voluntad de mostrar Shanghai como un espacio de representación, un lugar en el que las relaciones de causa-efecto están perfectamente diseñadas.
En definitiva, una de las últimas muestras del talento que nos dejó este perfeccionista de la imagen en general y de los rostros de mujer en particular, un auténtico creador, al que le persiguió cierta aureola de maldito. Tal vez por eso, en esta película desprende esa amargura y ese desencanto hacia el mundo y que esté rodada con la pasión del que comienza a creer que está filmando sus últimos planos en el séptimo arte. (Clásicos eternos)

Director que fue cayendo en el olvido y en el ostracismo tras su separación de la diva Dietrich. Tan sólo, quizá, volvió a ser el Sternberg de siempre con la película que hoy comento El embrujo Shanghai. Como era habitual en este director sus guiones no son el punto más fuerte pero sí la recreación de ambientes, de personajes —sobre todo femeninos—, de atmósferas exóticas y extrañas y esa sensibilidad especial de presentar los ambientes más marginales, sórdidos, corruptos y de dudosa moralidad. La película logra esa atmósfera extraña de la depravación y la corrupción de los seres humanos a pesar de las dificultades que para ello supuso el Código Hays. (El blog de Hildy Johnson)

Título español: El embrujo de Shanghai.

Película estrenada en España el 13 de febrero de 1946.

Reparto: Gene Tierney, Walter Huston, Victor Mature, Ona Munson, Phyllis Brooks, Albert Basserman, Maria Ouspenskaya, Eric Blore, Clyde Fillmore, Ivan Lebedeff, Rex Evans.



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