viernes, 1 de julio de 2016

Out of the Past (1947). Jacques Tourneur


Jeff Bailey, un antiguo detective, posee una gasolinera en un pequeño pueblo, donde lleva una vida tranquila y sencilla. Sus amores son la pesca y una joven con la que quiere casarse. Inesperadamente, recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que el jefe quiere verlo. Bailey se ve entonces obligado a contarle a su novia su turbio pasado.

El film suma cine negro, drama, intriga y thriller. Presenta una trama que se torna progresivamente compleja, en la que se dan cita los principales características del cine negro. Las atmósferas son opresivas, sombrías e inquietantes. En ellas palpitan la traición, la deslealtad, el chantaje, la venganza, el fraude, la mentira y la fatalidad. Los personajes, cada uno a su manera, encarnan manifestaciones del mal: el gángster elegante y de trato afable es un asesino implacable, la bellísima mujer fatal es codiciosa, destructiva y mata sin piedad, los esbirros del gángster matan por dinero. Son figuras oscuras, ambíguas, ambivalentes y retorcidas. Viven permanentemente angustiados y dominados por el peso de amenzas difusas, inconcretas e intangibles, pero insolubles e hirientes. El pasado siempre regresa para proyectar su sombra implacable de fatalidad y destrucción. (Miquel en Film Affinity)

Del mismo modo, la fotografía constituye una de las principales aportaciones que confieren calidad y majestuosidad a este filme noir. Su magistral utilización ayuda a potenciar los rasgos del cine negro que ya enunciamos al principio de esta crítica, y que se concretan en el juego de claroscuros (geniales los planos ambientados en Nueva York), las luces y sombras (a destacar la bellísima parte en Acapulco, donde la luminosidad del exterior contrasta con la ambientación sombría del interior de los cafés) y los primeros planos (irremplazable el rostro de Robert Mitchum capaz de expresar profundas emociones con sólo un gesto, sin duda uno de sus mejores trabajos). Los encuadres incluyen a los paisajes como unos protagonistas más de la historia, ya que describen el entorno en el que se desenvuelven los personajes y reflejan su estado de ánimo así como se erigen en verdaderos marcos pictóricos para cada uno de los planos, como si se tratara de pequeñas y sutiles postales que pretenden dejar en la memoria del espectador la magia de cada escenario. (Alvaro Esteve Ferrer en El espectador imaginario)

Desde la primera secuencia en el lago, vemos reflejado en el rostro de Jeff el signo de la fatalidad, como si fuera consciente de que más tarde o más temprano tendrá que enfrentarse a un pasado que acecha esperando el momento oportuno para reaparecer e impedir que pueda llevar una vida “normal”. No en vano, y tal como vemos en el mencionado flahsback (un flashback, no lo olvidemos, narrado desde el punto de vista del protagonista), Jeff es un personaje que intenta desesperadamente enterrar el recuerdo de su relación con Kathie, quintaesencia de la femme fatale, bajo el influjo de la cual el detective cae irremediablemente desde el primer momento que la encuentra (“Entonces la vi, y entendí por qué a White no le importaban los 40.000 pavos”). Poseído por este influjo, Tourneur imprime a este larguísimo episodio una aureola romántica (en el sentido más etimológico del término, referido a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras) que confiere a sus imágenes esa atmósfera onírica antes referida. Sirva como ejemplo la extraordinaria secuencia nocturna de Jeff y Kathie en la  playa, en la que los personajes manifiestan su pasión bajo la luz nocturna de la luna, entre amenazantes redes de pesca que parecen sugerir la fatalidad que el destino les depara (secuencia que contrasta con la anterior de Jeff y Ann en el lago, de una luminosidad radiante y formalmente mucho más apacible). (David Vericat en Cine esencial)

Puede parecer una razón demasiado subjetiva, pero como exponente del cine negro que es, ‘Retorno al pasado’ desprende los tópicos que hicieron irrepetible al género en los años cuarenta: diálogos lacónicos y afilados, violencia latente, muerte tras muerte, contrastes entre la inocencia del mundo rural –de nuevo personificada en la novia de Mitchum– y la diabólica ciudad, que corrompe a los personajes hasta hacerles cometer todo tipo de actos abominables. Como dice José Antonio Hurtado en el libro ‘Gun Crazy’ (T&B Editores, 2005), la película provoca un malestar general difícil de expresar con palabras. A fin de cuentas, el gran cine es sentimiento. (Víctor Guerrero en El criticón9

"Una de las cimas incontestables del cine negro de los cuarenta. El realizador crea unos personajes rotundos y ambivalentes, entre los que destaca un impactante retrato de femme fatale, bajo los rasgos de Jane Greer, que destruye a todo aquel que se le acerca. Una historia alambicada, de innumerables lecturas. Imprescindible." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
 
Memorable film negro que adaptó una novela que Daniel Mainwaring publicó con su habitual seudónimo: Geoffrey Homes. A partir de una historia que tiene como constante la ambigüedad, Tourneur consiguió su obra maestra. La fascinación emanada de sus imágenes lleva emparejada una carga de ambivalencia moral que le confiere un poder irresistible. En 1984, Taylor Hackford realizó un olvidable remake: "Contra todo riesgo". (Fotogramas)

Película estrenada en España el 28 de abril de 1958.

Título español: Retorno al pasado.

Reparto: Robert Mitchum, Jane Greer, Kirk Douglas, Rhonda Fleming, Richard Webb, Steve Brodie, Virginia Huston, Paul Valentine.


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