viernes, 15 de abril de 2016

Ramrod (1947). André De Toth


En una comarca ganadera del Medio Oeste americano se reproduce la eterna guerra entre vaqueros y ovejeros. Worl, un ovejero que pretende asentarse en el lugar, se ve obligado a abandonar sus tierras. El problema es que está ligado sentimentalmente a Connie, la hija del ranchero que lo ha expulsado. Con el apoyo del ayudante de Worl, Dave Nash, Connie se enfrentará a su padre.

Intenso, violento y muy interesante western beneficiado por la presencia de la fascinante Verónica Lake cuyo reinado como diva del cine de los años cuarenta estaba ya prácticamente finiquitado.
A través de una historia de venganzas y rencores familiares el gran Andre de Toth, casado con Miss. Lake en aquellos momentos, realiza un excelente trabajo en donde la ambición, la frustración, la manipulación y unos ecos indiscutibles del cine negro, dan lugar a una película espléndida, nada complaciente, inusual y muy por encima de la media de los westerns de la época. (Kepamk en Film Affinity).

Los primeros 10 minutos de la película son de los mejores vistos nunca en un arranque de un western, con una maravillosa puesta en escena. El film se abre con un travelling donde vemos llegar a un carromato a un pueblo, y donde todos sus habitantes observan a las personas que viajan en ese carromato. No hay presentación de los personajes, no sabemos quiénes son los malos y quiénes son los buenos, sabemos que una diligencia va a partir, pero no sabemos quién va a ir en ella, Joel McCrea se pasea por el pueblo, sin saber si va o viene, la tensión se puede cortar con un cuchillo, se produce un duelo frente a la diligencia que va a partir. Una manera brillante e interesante de comenzar una buena película. (Farwest)

Lo que más me fascina de un film como Ramrod es, como apuntaba anteriormente, su manera de componer las imágenes. Largos movimientos de cámara con múltiples composiciones y la utilización de la profundidad de campo. De Toth no se jacta de su sabiduría para deleitarnos sino que lo hace así por simple necesidad y comodidad, con un plano secuencia nos narra 2 y hasta 3 situaciones y así ahorrarse días de rodaje. Muchas de las escenas que se cuentan en la cinta para decirnos que «viene alguien» cuando los personajes están entre cuatro paredes, las presenta con profundidad de campo a través de ventanas como a continuación se verá. Con esto, el bueno de De Toth no pretendía darse ínfulas de creador total y crear planos para la posteridad sino simple y llanamente hacer dos cosas en uno y ahorrarse los planos en exterior. Todo esto le da un valor, para mí, doble a su trabajo como director y como dice el refrán: hacer de la necesidad virtud. (Cine maldito)

La historia narra el deseo de venganza de Conni (Veronica Lake), junto a la complicidad de un galán enamorado, Dave Nash (Joel McCrea). Y describe el enfrentamiento entre ganaderos y campesinos, en paralelo a la historia de amor, a la que se opone el padre de ella. No falta tampoco la traición en esta magnífica película de suspense. Acompañan a los protagonistas dos grandes secundarios, como Preston Foster y Arleen Whelan. Un clásico para contar cómo cuando la obsesión se dirige a lo inalcanzable es capaz de destruir todo lo que se cruce en su camino. Magnífica. (Decine21)

Película estrenada en España el 4 de junio de 1948.

Título español: La mujer de fuego.

Reparto: Joel McCrea, Veronica Lake, Don Defore, Donald Crisp, Preston Foster, Arleen Whelan, Charles Ruggles, Lloyd Bridges.

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