viernes, 26 de junio de 2015

Wichita (1955). Jacques Tourneur


Wyatt Earp, antiguo cazador de búfalos y aventurero, llega a Wichita (Kansas), un pueblo ganadero en el que impera la ley del más fuerte. Su habilidad con el revólver le convierte en el candidato perfecto para el puesto de sheriff, pero rechaza el empleo. Sin embargo, las circunstancias hacen que se sienta moralmente obligado a imponer la ley y el orden en la caótica ciudad.

La dirección de Tourneur aporta un tratamiento refinado y elegante de la historia, toques de exquisita sutileza, el uso reiterado de la sugerencia como recurso narrativo, la aplicación de elipsis rotundas (paso de un plano en el que dos personajes se estrechan la mano a otro en el que se prepara el lanzamiento de arroz a dos recién casados) y una puesta en escena siempre inquietante. (Miquel en Film Affinity)

Buena parte del interés de esta excelente película recae en su espléndido uso del Cinemascope, formato que al propio Tourneur le parecía muy interesante: «El Cinemascope es el mejor de los formatos, incluso para una historia íntima (…) Desde que acabó el cine mudo, hemos tenido una cierta tendencia a olvidar la importancia de la composición pictórica; todos los esfuerzos se concentran sobre el texto, sobre la palabra. El Cinemascope obliga a componer» . Si bien es verdad que, dejando aparte el personaje de Earp, el resto de los que aparecen en el relato parecen a su lado algo desdibujados, ello se debe a que Tourneur concentra sus energías en aquél presentándolo como un ente extraño y perturbador que viene a alterar, para bien o para mal, la vida de Wichita y sus habitantes. El uso del formato panorámico contribuye sobremanera a la descripción del protagonista, poniéndolo constantemente en relación con el resto de personajes dentro del plano, en el que quizás sea uno de los films más elaborados a nivel de composición visual del encuadre de toda la carrera de su autor. (Tomás Fernández Valentí en Cine Archivo)

Stranger on Horseback y Wichita, ambas en color, la segunda en Scope, transcurren en espacios más ásperos, entre las paredes de la cárcel, en el saloon, en las calles polvorientas que irremediablemente servirán para que héroes (no proscritos) y villanos resuelvan a tiros sus problemas. Son westerns hieráticos, como lo es la composición de McCrea. Tourneur hace angulosos y desazonantes los espacios, especialmente en Wichita, donde el Scope ofrece un recurso longitudinal que busca el dinamismo interno del plano a pesar de que la acción se concentre en escenarios cerrados y progresivamente abstractos. A diferencia de Ford y Lang, pero coincidente con Boetticher, Ray o Fleiseher, Tourneur apreciaba el formato panorámico y tenía unas teorías peculiares al respecto: «Pienso que el CinemaScope es muy relajante para el espectador porque su mirada va de un personaje a otro, y eso cansa menos la vista que mantenerla fija sobre una mancha luminosa en medio de la oscuridad». (Quim Casas, Miradas de Cine)

Tourneur realiza una exquisita puesta en escena, marcada con un uso llamativo de los colores, reflejo de un mundo en expansión (excelente la utilización del formato scope). Consigue además manejar muy bien el tempo narrativo (hablamos de una de esas ejemplares películas en las que nos narran todo muy bien en 80 minutos), permitiéndose el lujo de ofrecernos un par de momentos planteados como si de un film de suspense se tratase. Son éstos instantes en los que ‘Wichita’ se vuelve muy violenta, pero se trata de una violencia contenida, a punto de explotar, y que provoca en el espectador una tensión inesperada. Sirvan como ejemplo las escenas en las que Earp se enfrenta sólo a un grupo de hombres (escena precisamente homenajeada en ‘Appaloosa’ con resultados lamentables), o aquella en la que llegan a la ciudad dos hombres contratados para hacer frente a Earp. (Alberto Abuin en Blog de cine)

"El maestro Jacques Tourneur asombra de nuevo (...) puesta en escena cercana a lo fantasmagórico. Así crea una obra tan inquietante como magistral, de belleza plástica desbordante." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
La conocida y repetida historia de Wyatt Earp dio pie a un western de modestos planteamientos y estimulantes resultados. Los limitados medios utilizados en su realización no llegan a hacerse patentes por la sabiduría narrativa de un director que, con concisión e inteligencia, llevó a buen puerto un proyecto cuya simplicidad no excluye la inspiración. (Fotogramas)

Película estrenada en España en octubre de 1956.

Título español: Wichita, ciudad infernal.

Reparto: Joel McCrea, Vera Miles, Lloyd Bridges, Wallace Ford, Edgar Buchanan, Peter Graves.

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