jueves, 9 de enero de 2014

Surcos (1951). José Antonio Nieves Conde



Una familia campesina (los Pérez) se deja convencer por las ambiciones del hijo mayor que convence al padre para ir a la capital (Madrid) porque allí el dinero se gana sin esfuerzo y la vida es más fácil que en el campo. Este convencimiento arranca a toda la familia de sus raíces para trasladarse a un Madrid urbano y frío, nada que ver con su pasado rural. Para lograr financiar el viaje venden sus tierras, lo que supone una de las primeras humillaciones que padecen con la esperanza de prosperar, ya que existe entre ellos la idea de que "en el campo no hay futuro". Llegan en tren a la Estación del Norte de Madrid con una imagen típica de la época —atuendos de labriegos y animales vivos entre los paquetes y cestas—, el primer contacto con la ciudad es de rechazo por parte de sus habitantes. Para su desgracia comprobarán que la realidad urbana es muy distinta a lo que habían imaginado inicialmente. Pronto aparecen personas que los engañan, los confunden, los explotan, les ofrecen trabajos precarios, los inducen a la delincuencia, etc. La familia, unida en el pasado, se descompone tras llegar a la ciudad y sufre un shock intentando aclimatarse a la nueva realidad: "buscar un empleo" en una sociedad en la que encontrar un trabajo no es fácil. El desprecio de los madrileños aparece cuando les muestran que la ciudad ya no soporta más población y que el poco trabajo que queda ven que han de repartirlo con los recién llegados del campo. Pronto sufren hacinamiento en una de las construcciones más populares de Madrid (una corrala) claramente ubicada en la calle Ave María del barrio de Lavapiés, en Madrid.

La película va narrando escenas de gran dureza, en un mundo implacable en el que algunos personajes pierden por completo su autoestima. Los personajes parecen vivir en historias paralelas, algunos de ellos obedecen a estereotipos, como el "Chamberlán" (Félix Dafauce), que representa el nuevo rico; el "Mellao"; los hijos varones de Rosario: Pepe, que se integra en una banda organizada de delincuentes, y Manolo, que vive en la más estricta pobreza entre casas en ruinas y sin lograr un empleo. La hija de Rosario, Tonia, que va conociendo y relacionándose con los diversos personajes, como el "Mellao" y el "Chamberlán", y que atraída por la riqueza fácil acaba siendo la querida de "don Roque", lo que a ojos de su madre es permitido. La familia Pérez, aprendiendo con todos estos problemas cuál es su lugar natural, acaba volviendo al pueblo: lugar que, según la moralina de la película, nunca debieron abandonar. En el guion original, en la escena final, cuando se vuelven al pueblo, Tonia salta en marcha desde el tren para regresar a Madrid (esta escena no aparece ya que se prohibió por la censura).

Considerada por la crítica como una de las mejores películas de la historia del cine español, cuenta con un notable guion transformado por Gonzalo Torrente Ballester a partir de un argumento original de Eugenio Montes (embajador de España en Portugal) y Natividad Zaro. Es considerada como una de las muestras fílmicas del neorrealismo español.

El título original era "Surcos sobre el asfalto"; la productora Atenea Films, S.L., presenta el guion en el año 1950 y finalmente recibe su aprobación para el comienzo del rodaje a comienzos del año 1951; el título original pretendía reflejar las dificultades de adaptación de los campesinos a la vida urbana de la época. La España de aquella época pasaba por un periodo de transformación económica en el que aparecía como fenómeno emergente en la sociedad el éxodo rural hacia las ciudades y que dejaba vacíos ciertos núcleos rurales. La emigración desde las zonas rurales acaba generando un exceso de mano de obra no especializada que tiene como efecto un desempleo, el engaño, la delincuencia.
La película se rueda en el entorno de Atocha, Lavapiés, Legazpi y Delicias y pueden verse diversas escenas de la vida cotidiana de los años 50 en el Madrid de la postguerra. Retrata muy fielmente la vida cotidiana en una corrala (residencia habitual de clases bajas), en los café-bar de la época, en las oficina de empleo, mercados, teatros de variedades, la venta por estraperlo en las calles, etc. La película se realiza con Arias Salgado al frente del recién creado Ministerio de Información y Turismo. La película se salta algunas de las normas de censura del franquismo. Cabe pensar que algunos de los promotores de la película eran falangistas y el guion reúne algunas de las ideas falangistas acerca del urbanismo, la ciudad debe cumplir una función y debe admitir personas hasta un cierto límite, a partir de él se debe cesar su admisión. La censura calificó de "muy duro" el contenido social del guion, uno de sus primeros lectores fue José Luis García Velasco. El coste total en el inventario del rodaje fue de 739.867,55 pesetas.

En cierto modo "Surcos" se podría calificar como la película iniciática del cine español "moderno", pues hasta entonces la cinematografía de la posguerra estaba dominada por completo bien por las historias propagandísticas del régimen de Franco, por el cine moralista impuesto por el nacional catolicismo o por los relatos folclóricos y raciales a mayor gloria de la canción popular española. Este contundente drama costumbrista, escrito por falangistas, rompe por completo con lo realizado hasta la fecha para narrar una historia dura -y muy poco amable de la época- sobre la inmigración a las ciudades, con un áspero retrato de personajes y de ambientes que no gustó a la Iglesia y que tuvo problemas con la censura (la cual obligó a modificar un final más duro todavía del que ya de por sí contiene). La excelente dirección de Nieves Conde, que en nada tiene que envidiar a la realización de cualquier obra neorrealista europea de la época, es la mejor cualidad de esta interesante obra, quizá poco conocida, pero clave del cine español. (Pablo Kurt)

Uno de los films más prestigiosos y malditos de su época, donde se asumieron fielmente los presupuestos del neorrealismo italiano para trasladarlos a los arrabales madrileños. Temas insólitos en el cine español del momento fueron abordados con tanta generosidad como poder de convicción, aunque la censura la atacara frontalmente y desvirtuara parcialmente sus resultados. (Fotogramas)

Reparto: Luis Peña, Maruja Asquerino, Francisco Arenzana, Marisa de Leza, Félix Dafauce, José Prada, Ricardo Lucia.


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