jueves, 18 de octubre de 2012

Los lunes al sol (2002). Fernando León de Aranoa



En una ciudad costera del norte de España, a la que el desarrollo industrial ha hecho crecer desaforadamente, un grupo de hombres recorren cada día sus empinadas calles, buscando salidas de emergencia. Son funambulistas de fin de mes, sin red y sin público, sin aplausos al final; viven en la cuerda floja del trabajo precario y sobreviven gracias a sus pequeñas alegrías y rutinas.
"Luminosa, sombría, genial (...) una armonía y un ritmo magistrales." (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
"Javier Bardem alcanza la genialidad en una magnífica película (...) Divierte, emociona, libera, embauca, hace reír, crea solidaridad, despierta las raíces de la amistad y la simpatía, el infortunio de estas gentes expulsadas de sus raíces y sin conexiones con la norma de la sociedad en que flotan sin destino." (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
"Una película inteligente que transpira emoción" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
"Conmueve, arranca sonrisas y remueve la conciencia." (Carlos Marañón: Cinemanía)
"Intensa, interesante, verdadera" (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)

Nuestros padres construían grandes barcos que atravesaban los mares, y estaban orgullosos. Hoy tienen miedo, afirmaba Clim, un personaje de "De todo corazón", la espléndida película de Robert Guédiguian, recordando en una sola frase el ocaso de una cierta ética, la del trabajo bien hecho, el único patrimonio cierto del proletariado industrial. De personajes como los padres de Clim, de antiguos obreros de astilleros habla también el último film de Fernando León de Aranoa, sin duda alguna, la mejor inmersión en las interioridades de un fenómeno tan poco cinematográfico, convencionalmente hablando, como es el paro obrero, realizada en el cine español. También, del forzado final de la ética del trabajo, destrozada por las estrategias empresariales, pero no solo de ello: del lento discurrir de un tiempo sin ocupación, de la implacable erosión que va minando hasta los amores más tenaces (espléndida, la escena entre Tosar y De Medina, brillante revelación), de las patéticas estrategias que personas que pasan de los 40 tienen que construir para intentar no perder comba...León se zambulle en la vida de un grupo de parados cuyo pasado inmediato está dado por las imágenes documentales que abren la película, pero las consecuencias de cuyos actos se arrastran hasta el presente. Sin duda, han estado juntos en las barricadas, pero luego el destino los ha empujado por senderos distintos: al inmovilismo, a la compra de un bar, a realizar tareas de guardia jurado... o a la nada, al vegetar sin noción del tiempo.Y lo hace con las mismas herramientas a que recurriera en su ejemplar Barrio: a una estructura coral que, en realidad, bascula alrededor de un personaje⁄eje, Santa, la voz del autor en la ficción (Bardem, excelso); un tipo que, como el Rai de Barrio, está dispuesto a comerse el mundo, aunque todo conspire en su contra; a unos diálogos cargados de intención, pero también de humor, de fina ironía, que dan respiración y vida a una vivencia terrible, que bordea en ocasiones la pura tragedia. Alrededor de Santa se mueve una constelación de otros personajes, todos cuidadosamente elegidos en uno de los elencos más sorprendentes, y mejor cohesionados, del reciente cine español. Y el resultado es un film modélicamente construido, sin ninguna vacilación, en un imparable crescendo rítmico que deja al aire las siniestras entrañas de un mundo del trabajo cada vez más despersonalizado, siniestro, intolerable. (Mirito Torreiro. Fotogramas)

Reparto: Javier Bardem, Luis Tosar, José Angel Egido, Nieve de Medina.

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