sábado, 5 de mayo de 2012

The Tarnished Angels (1957). Douglas Sirk

Robert Schumann (Robert Stack), un piloto que combatió en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sobrevive haciendo acrobacias con su avioneta en las ferias de los pueblos. Burke Devlin (Rock Hudson), un periodista local que se interesa por la familia de Schumann, es testigo de la decadencia del piloto, de la frustración de su mujer (Dorothy Malone) y también del sufrimiento de su hijo a causa de las bromas que mecánicos y pilotos hacen a costa de su padre. Schumann, sin embargo, no ceja en la búsqueda de una oportunidad que le permita, además de recuperar el amor propio, demostrar a su familia que los antiguos sueños aún son posibles.
Un Sirk bastante insólito, por cuanto propone una emotiva e intensa recreación del universo de William Faulkner. Al contrario de sus memorables melodramas, no se basa en la estilizada elegancia, sino en la creación de una sólida atmósfera, entre la sordidez y el desencanto. El resultado de la operación es impecable.
The Tarnished... se ajusta a ese esquema mío que he llamado estructura de rondó. En Francia, muy acertadamente (...) la llamaron La Ronde de l’aube. Un título muy bueno para la película, muy adecuado porque nos hace pensar en esos aviadores locos rodeando esas torres de la muerte con sus aviones”
(Douglas Sirk, entrevista de Antonio Drove).

Reparto: Rock Hudson, Robert Stack, Dorothy Malone.
Título español: Ángeles sin brillo.

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